Siempre hay un roto para un descosido.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Muy pequeñas esas dudas infinitas.

Las llamas devoran la madera mientras me dejo llevar por el repiqueteo de las gotas de lluvia en el cristal. La fragancia de café puro, de chocolate con leche, impregna el aire esta noche, que pena que no lo haga la fragancia de tu cuerpo contra el mio, siendo sincera.
Será el sonido de ese piano que se derrite con una guitarra o las dos botellas vacías que ruedan por el suelo y cuyo contenido me está quemando ahora la garganta, pero déjame que te diga que debería estar conmigo, y que si fuese así escribiría estas letras, pero no aquí, si no con mis uñas en tu espalda.

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