Siempre hay un roto para un descosido.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Es una forma de mantenerte a mi lado, ¿sabes?

Recuerdo como cuando me dijiste adiós me eche a reír, y aún lo hacía cuando salistes por la puerta haciendo un ruído que sonó como un disparo, y creeme que te digo que de alguna forma ese disparo me dolió como si realmente hubieses sujetado entre tus manos un arma y hubieses apretado el gatillo contra mi varias veces. Adiós, dijiste: ingenua yo. Aún te preguntarás porque me reía, y es que no podía creerte, pensé que estabas en borma, ¿Como alguien con el que has compartido tantas cosas puede irse con un simple ''adiós?, y después del portazo seguía sin creermelo, y hoy, sigo sin creerte. Creo que nunca te fuiste del todo, que te quedaste durante mas tiempo, que nos quedamos durante mas tiempo, quizá recogiendo pedazos de ruinas que habíamos ido dejando en todos los sitios donde nos besamos, quizá nos quedamos barriendo los polvos que echamos por toda la casa, quizá nos quedamos haciendo la cama donde tantas y tantas noches habíamos mantenido charlas interminables y donde a las siete nos habíamos despertado entre gritos llegando tarde al trabajo, quizá si te fuiste, quizá la que se mantubo firme fui yo, quizá la que nos mantubo juntos siempre fui yo, y quizá no, pero seguro, que la que te mantiene hoy a mi lado es mi mente y sus recuerdos, y seguramente, por eso me río de tu adiós, porque yo te noto mas a ti, que a el.

No hay comentarios:

Publicar un comentario