Siempre hay un roto para un descosido.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Historias de andar por casa I.

Observé sus movimientos durante un largo periodo de tiempo, quizá fueron años, o fue toda mi vida, no lo recuerdo bien, pero lo que si recuerdo es que aprendí que él usaba el amor para pasar el rato, que abusaba de la confianza de las damas que le acompañaban y que siempre se reía de ellas a sus espaldas. Y os preguntaréis por qué me gustaba ver como jugaba así, y os preguntaréis que si me parecía divertido... Y yo os diré que le observaba como trabajo de investigación para clases de Biología ''Un cabrón en su ecosistema personal'' ¿Y en que consistía el trabajo?, pues en averiguar si desde que me destrozó a mi el corazón, había pensado en cambiar.

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