Siempre hay un roto para un descosido.

jueves, 18 de julio de 2013

Son vino tinto, me emborrachan, las quiero.

Pasear por la calle con la cabeza alta, beber cerveza aunque no nos guste solo por el echo de hacer alguna locura, cantar con desconocidos en los autobuses, bailar hasta que los pies duelen, pasar bolas de energía a través del sol, oírnos cantar y reírnos, soltar palabras sin sentido desde el estómago. Gritar, cantar, sin actuar. Fingir ser quienes no somos para engañar, pero entre nosotras nos conocemos. Insultarnos a golpes de burbujas y narrar monólogos en nombre de personajes ficticios. Vivir, a eso lo llamo yo vivir. A lo mejor es el verano. Si lo es no quiero que acabe nunca. Pero estoy segura de que tiene que ver con la compañía, tiene que ver con cinco compañeras, no quiero que acaben nunca, no quiero despertar de nuestra realidad.

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